El Hidromiel es considerada la bebida alcohólica más antigua del mundo, con registros de consumo que datan de hace más de 15 mil años. Donde hay abejas y miel, también hay hidromiel. El uso de la miel en nuestra alimentación es antiguo, lo que sugiere que esta bebida también ha estado presente en la vida cotidiana de la humanidad durante miles de años. De hecho, la miel está presente en todo el mundo, disponible para el consumo en todas las estaciones, y la fermentación de la miel con agua y levaduras silvestres del aire y de la propia miel, crea condiciones más que ideales para un fácil acceso al hidromiel.
Algunas teorías más recientes asocian el origen de Mead con la provincia de Henan en la China primitiva, pero en realidad no surge de un solo origen porque es abundante en todo el mundo. Se consumía en Roma, la Antigua Grecia y Egipto, así como en otras culturas antiguas que consumían esta bebida como los indios, los celtas, los anglosajones o los vikingos. En la Antigua Grecia lo llamaban Hidromiel de Ambrosia o “néctar de los dioses” ya que creían que era una bebida de los dioses, que descendía de los cielos como rocío, antes de ser recolectada por las abejas. Gracias a esta creencia, el Hidromiel se popularizó en su momento como una bebida con propiedades mágicas y sagradas, que prolongaba la vida, brindaba salud, virilidad, creatividad e inteligencia. Había una tradición de que las parejas de recién casados debían consumir esta bebida durante el primer ciclo lunar después de la boda para dar a luz a un hijo varón. De ahí la tradición actual y el término luna de miel.
Debido a que está tan conectado con la historia de varias culturas, es común verlo mencionado en obras literarias y en el cine. Varios autores como J.R.R. Tolkien (autor de «El Señor de los Anillos» y «Hobbit»), J.K. Rowling (autor de «Harry Potter») y C.S. Lewis (autor de «Las crónicas de Narnia») mencionan la famosa bebida en su obra.
Sin embargo, el hidromiel ha sufrido una dura competencia con la producción de vino, especialmente en países donde el cultivo de la uva es posible. Solo en las regiones del norte de Europa, donde no fue posible este cultivo de la vid, el hidromiel siguió consumiéndose con frecuencia. La apicultura es un proceso intensivo en tiempo y mano de obra y, aunque las recompensas son grandes, no fue posible competir en la misma escala con la producción de granos (cerveza), uvas (vino) y caña de azúcar.
Actualmente, existe un interés creciente por esta bebida, en todo el mundo. Es una bebida versátil: dulce o seca, afrutada o picante. El hidromiel es muy similar a un buen vino, que puede tardar dos o más años en alcanzar la madurez completa y cuanto más añejo mejor. La temperatura ideal a servir varía según el tipo de hidromiel y la armonización deseada, pero suele sugerirse entre 10ºC y 12,8ºC si se quiere obtener un buen nivel de frescura o, alternativamente, entre 16ºC. y 18ºC. En gastronomía, combina muy bien con carnes rojas, pescados y carnes exóticas (como el jabalí), siendo más común asociarlo como aperitivo o en maridaje con postre o café.
¿Has tenido la oportunidad de beber el verdadero hidromiel? Si no, ¿te apetecía experimentar?